Gracias al compromiso de pescadores artesanales y el esfuerzo incansable de la Fundación Mundo Marino, una tortuga cabezona de 40 kilos recibió una segunda oportunidad de vida.
Rescatada del peligro por manos solidarias y rehabilitada con dedicación, esta adorable tortuga logró superar los desafíos gracias a los cuidados especializados de nuestro equipo. Finalmente, volvió a su hogar en el mar, recordándonos la importancia de proteger y preservar la vida marina.
Cada acción cuenta, y juntos podemos seguir escribiendo historias de esperanza como esta. 🌊



